Este fin de semana ha sido muy tranquilo, nos dicen que los
antepasados mapuches de Chile se vengan de los europeos con las mismas armas
que trajimos. La gripe parece ser mucho más virulenta para los extranjeros que
para los residentes. Pero no hay problema sobreviviremos, las pequeñas ya no
tienen fiebre y Eva ya tiene mejor cara. Que no es que la tuviera mala (uffff
que jardín).
Pero vamos a hablar de un par de findes atrás. Ya hemos
participado en un par de típicos asados chilenos, lo que nosotros conocemos
como parrilladas o barbacoas. El primero al que pertenecen las fotos, es el de bienvenida
al cole, Barbarita y Jorge prestaron su quincho comunitario (barbacoa) para homenajearnos
oficialmente con nuestro primer asado. ¡¡¡¡ Qué bueno !!!!. El vacuno al fuego
al estilo chileno no se puede describir, hay que probarlo. El día fue
estupendo, y la gente nos acogió con un calor y una buena onda indescriptible,
incluso con discurso de bienvenida que casi hace soltar alguna lágrima. Joder
estamos tan lejos….
La previa, antes de comer, preparando el picoteo. |
Los niños ya comiendo, Elia y Sergio de palique. Luis y Barbara detras. |
El super quincho. |
Aqui los mayores comiendo. |
Los peques: Celia, Jael, Josefina, Alan, Francisca, Lara, Raimundo y Mateo. El nexo de unión del carrerte. |
Una vez abierta la puerta, ya no hay marcha atrás en dos
semanas estábamos en casa de Ángela y Jorge, con una paella realizada por
nuestro cocinero venezolano Luis, diferente a lo que conocemos como paella pero
muy rica: pollo, marisco, verdura, todo muy especiado y cocido. Una nueva versión
que hicimos desaparecer en nada. La sobremesa se alargó hasta las 2 de la
mañana, los niños dormidos, los padres filosofando, al día siguiente un gran
dolor de cabeza.
Luis el cocinero |
Todos ansiosos de probar la paella chilenovenezolana |
La paella |
Aquí ya se masca la trajedia, solo hay copete. |
Llegados aquí nos toca preparar nuestro primer carrete, nos
juntamos como 25 personas en la sala de usos múltiples, como no podía ser de
otra manera preparamos comida española.
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Tortilla de Patata: Un exitazo, desapareció en
un abrir y cerrar de ojos.
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Croquetas de Carne: Exquisitas.
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Huevos Rellenos: Volaron.
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Gazpacho: esto lo más sorprendente, nadie lo
había probado. La mejor definición, es como una ensalada pasada por la
batidora. Algunos casi lo dejaron sin tocar otros repitieron.
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Para terminar un buen rancho, sin caracoles, eso
sí que no nos atrevimos.
Lo mejor en la merienda para los peques, sin pensarlo,
sacamos pan y chocolate, la Nocilla no se estila mucho por aquí y queríamos
acertar. Todo el mundo abre los ojos como platos y pregunta ¿pan con
chocolate?. Risas y comentarios de todo
tipo:
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A mí no me gusta mezclar el dulce y el salado.
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Qué cosa más entretenida!!!!!.
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¿pero junto?
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Aquí se come en porciones.
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¿A quién se la a ocurrido esta weada?
Alucinamos, la merienda más típica de nuestra infancia, aquí
ni se lo han planteado nunca. En las cosas más sencillas aparecen diferencias
que sorprenden tanto a chilenos como a españoles.
Al final éxito total, muy buena onda y gran carrete. Nos
bebimos hasta el agua de los floreros y hubo gente que necesitó mucha
concentración para poder llegar a casa.
Los horarios otra historia, quedamos a las 2 del medio día,
la hora de llegada se alarga desde las 3 a las 4, la puntualidad no es la
cualidad más extendida aquí. Así con estos horarios empezamos a comer sobre las
5 y terminamos a la hora de cenar, los niños a su marcha, picando lo que quieren
cuando quieren y los padres casca que te casca y acabando con la producción de
vino de Chile.
Muy, muy buena onda, y
una tarde “super entretenía”, vacant. Gracias a todos por la acogida, no creo
que podamos corresponder tanta amabilidad.
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